Una promesa de salvación y recompensa por las justicias de los buenos. Eso es el Salmo uno. Su esencia se refiere a un varón: Jesucristo, que no participó de pecado, no convino con los malos hacer iniquidad, sino que se guardó y recibió de Dios su premio eterno. Por otro lado, presenta la recompensa de los malos, ser destruidos y perecer para siempre.
LETRA
Colosenses 3:16: La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. (RV 1960)