El salmista profetiza lo que hará el Señor al malo, al sanguinario y al engañador: privarlos eternamente de su presencia y destruirlos para siempre. De su parte, antes decide presentarse desde temprano ante el Señor y esperar su salvación.
LETRA
/Oh Señor, de mañana oirás mi voz;
De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré/
Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad;
El malo no habitará junto a ti.
Los insensatos no estarán delante de tus ojos;
Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
Destruirás a los que hablan mentira;
Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
Colosenses 3:16: La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. (RV 1960)