En momentos de desesperación y dolor, en el desierto, allí también está el Señor cuidando de su pueblo. El Salmo es una canción que le recuerda al alma lo que habrá después de las tierras áridas: ver el poder y la gloria de Dios en su santuario (Versión acústica).
LETRA
/Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré/
Mi alma tiene sed de ti y mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde aguas no hay,
Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.
Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré
/Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me ha sostenido
En tierra seca y árida donde aguas no hay,
Para ver tu poder y tu gloria,
//Así como te he mirado en el santuario//
Colosenses 3:16: La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. (RV 1960)