Una canción llena de alegría y esperanza en el final que Dios dará a los bienaventurados que confían en Él y perseveran hasta el fin, trabajando así para llegar a la morada que Jesús dijo en Juan 14:2 que iría a preparar para sus hermanos fieles y verdaderos.
LETRA
¡Cuán amables son tus moradas, oh Señor de los ejércitos!
Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
Aun el gorrión halla casa,
Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos,
Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos,
Rey mío, y Dios mío.
-Pregón-
/Bienaventurados los que habitan en tu casa;
/Perpetuamente te alabarán//
/Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
/En cuyo corazón están tus caminos//
/Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente/
/Cuando la lluvia llena los estanques/
/Irán de poder en poder
Verán a Dios en Sion/
Yahvé Dios de los ejércitos, oye mi oración;
Escucha, oh Dios de Jacob.
Mira, oh Dios, escudo nuestro,
Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
/Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos/
/Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios/
/Que habitar en las moradas de maldad/
Porque sol y escudo es Yahvé mi Dios;
Gracia y gloria dará Yahvé.
/No quitará el bien a los que andan en integridad/
/Yahvé, Dios de los ejércitos,
Dichoso el hombre que en ti confía/
-Pregón-
Colosenses 3:16: La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. (RV 1960)